3 La pedagogía de Jesús

Maestro, sabemos que tu has venido de parte de Dios para enseñar (Jn 3, 2)

       La enseñanza de Jesús atrapa, llena los corazones. Se distingue por su originalidad.
      ¿Como educa Jesús? Al leer atentamente los evangelios vemos como muchos de sus interlocutores destacan el valor de su enseñanza y su estilo pedagógico: Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad (Mc 1, 22).
      Y en palabras de Nicodemo: Maestro, sabemos que tu has venido de parte de Dios para enseñar; porque nadie puede realizar los signos que tu haces, si Dios no estci con el (Jn 3, 2).
     
Algunas citas pueden ayudarnos a delinear el perfil pedagógico de Jesús:
 

• Cumple la misión de enseñar (profética): Jn 18, 20-21
Jesús le contestó: -Yo he hablado públicamente al mundo; siempre enseñé en sinagogas o en el templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada en secreto. ¿Por qué me interrogas? Interroga a los que me han oído hablar, que ellos saben lo que les dije.

• Enseña lo que ha recibido de su Padre: Jn 7, 16-18: Jesús les contestó:
-Mi enseñanza no es mía, sino del que me envió. Si uno está dispuesto a cumplir la voluntad de aquél, podrá distinguir si mi enseñanza procede de Dios o me la invento yo. El que habla por cuenta propia busca su gloria; pero el que busca la gloria del que lo envió, ése dice la verdad y no procede con injusticia.

• Enseñanza verdadera que conduce a la libertad: Jn 8, 31-32 A los judíos que habían creído en él Jesús les dijo: -Si se mantienen fieles a mi palabra, serán realmente discípulos míos, conocerán la verdad y la verdad los hará libres.

• Invita a poner en práctica lo aprendido: Mt 7, 24-27  Así pues, quien escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a un hombre prudente que construyó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos y se abatieron sobre la casa; pero no se derrumbó, porque estaba cimentada sobre roca.
Quien escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a un hombre tonto que construyó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, crecieron los ríos, soplaron los vientos, golpearon la casa y ésta se derrumbó. Fue una ruina terrible.

• No disimula exigencias para quienes quieren seguirlo: Mt 19, 16-22 Luego se le acercó uno y le dijo: -Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: -¿Por qué me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el bueno. Si quieres entrar en la vida guarda los mandamientos. El joven le pregunta: -¿Cuáles? Jesús le dijo:
-No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no perjurarás, honra al padre y a la madre, y amarás al prójimo como a ti mismo. El joven le dijo: -Todo eso lo he cumplido, ¿qué me queda por hacer? Jesús le contestó: -Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme.
Al oírlo, el joven se fue triste, porque era muy rico.

Lc 9, 57-62 Mientras iban de camino, uno le dijo: -Te seguiré adonde vayas. Jesús le contestó:
-Los zorros tienen madrigueras, las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza. A otro le dijo: -Sígueme. Le contestó:
-[Señor], déjame primero ir a enterrar a mi padre. Le dijo: -Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú ve a anunciar el reino de Dios. Otro le dijo: -Te seguiré, Señor, pero primero déjame despedirme de mi familia. Jesús [le] dijo: -El que ha puesto la mano en el arado y mira atrás no es apto para el reino de Dios.

• Les propone un ideal: Mt 5, 48
Por tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre de ustedes que está en el cielo.

• Les enseña por medio de parábolas: Mt 13, 34-35
Todo esto se lo expuso Jesús a la multitud con parábolas; y sin parábolas no les expuso nada.
Así se cumplió lo que anunció el profeta: Voy a abrir la boca pronunciando parábolas,
profiriendo cosas ocultas desde la creación [del mundo].

• También por medio de signos: Jn 2, 1-12
      Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea; allí estaba la madre de Jesús. También Jesús y sus discípulos estaban invitados a la boda. Se acabó el vino, y la madre de Jesús le dice: -No tienen vino.
Jesús le responde: -¿Qué quieres de mí, mujer? Aún no ha llegado mi hora.
La madre dice a los que servían: -Hagan lo que él les diga.
     Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, con una capacidad de setenta a cien litros cada una. Jesús les dice: -Llenen de agua las tinajas.
Las llenaron hasta el borde. Les dice: -Ahora saquen un poco y llévenle al encargado del banquete para que lo pruebe. Se lo llevaron.
    Cuando el encargado del banquete probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde procedía, aunque los servidores que habían sacado el agua lo sabían, se dirige al novio y le dice: -Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los convidados están algo bebidos, saca el peor. Tú, en cambio has guardado hasta ahora el vino mejor.
    En Caná de Galilea hizo Jesús esta primera señal, manifestó su gloria y creyeron en él los discípulos. Después, bajó a Cafarnaún con su madre, sus hermanos y discípulos, y se detuvo allí varios días.

• Curando a los enfermos: Mt 8, 16-17 Al atardecer le trajeron muchos endemoniados. Él con una palabra expulsaba los demonios, y todos los enfermos sanaban. Así se cumplió lo anunciado por el profeta Isaías: Él tomó nuestras debilidades y cargó con nuestras enfermedades.

Y fundamentalmente con sus actitudes: Jn 13, 12-15
     Después de haberles lavado los pies, se puso el manto, volvió a la mesa y les dijo:
-¿Comprenden lo que acabo de hacer? Ustedes me llaman maestro y señor, y dicen bien. Pero si yo, que soy maestro y señor, les he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he dado ejemplo para que hagan lo mismo que yo hice con ustedes.

Jn 19, 28-30  Después, sabiendo que todo había terminado, para que se cumpliese la Escritura, Jesús dijo: -Tengo sed. Había allí un jarro lleno de vinagre. Empaparon una esponja en vinagre, la sujetaron a una caña y se la acercaron a la boca. Jesús tomó el vinagre y dijo:
-Todo se ha cumplido. Dobló la cabeza y entregó el espíritu.

• Interroga: Lc 10, 25-28
En esto un doctor de la ley se levantó y, para ponerlo a prueba, le preguntó: -Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna? Jesús le contestó: -¿Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que lees? Respondió:
-Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.
     Le respondió: -Has respondido correctamente: obra así y vivirás.

• Escucha primero, luego habla: Lc 10, 29-37
    Él, queriendo justificarse, preguntó a Jesús: -¿Y quién es mi prójimo? Jesús le contestó:
-Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Tropezó con unos asaltantes que lo desnudaron, lo hirieron y se fueron dejándolo medio muerto. Coincidió que bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verlo, pasó de largo. Lo mismo un levita, llegó al lugar, lo vio y pasó de largo. Un samaritano que iba de camino llegó adonde estaba, lo vio y se compadeció. Le echó aceite y vino en las heridas y se las vendó. Después, montándolo en su cabalgadura, lo condujo a una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos monedas, se las dio al dueño de la posada y le encargó: Cuida de él, y lo que gastes te lo pagaré a la vuelta.
¿Quién de los tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los asaltantes?

      Contestó: -El que lo trató con misericordia. Y Jesús le dijo: -Ve y haz tú lo mismo.

• Cuestiona: Lc 10, 38-42
     Yendo de camino, entró Jesús en un pueblo. Una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, la cual, sentada a los pies del Señor, escuchaba sus palabras; Marta ocupada en los quehaceres de la casa dijo a Jesús:
-Maestro, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en los quehaceres? Dile que me ayude.
     El Señor le respondió: -Marta, Marta, te preocupas y te inquietas por muchas cosas, cuando una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y no se la quitarán.

• Destaca la fe de sus interlocutores: Lc 7, 9
              Al oírlo, Jesús se admiró y volviéndose dijo a la gente que le seguía: -Una fe semejante no la he encontrado ni en Israel. Cuando los enviados volvieron a casa, encontraron sano al sirviente.

• Es sensible con los humildes y sencillos: Lc 10, 21-22
     En aquella ocasión, con el júbilo del Espíritu Santo, dijo:
-¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! Sí, Padre, ésa ha sido tu elección.
Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo y aquél a quien el Hijo decida revelárselo.

Mt 9, 35-38 Jesús recorría todas las ciudades y pueblos, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y sanando toda clase de enfermedades y dolencias.
Viendo a la multitud, se conmovió por ellos, porque estaban maltratados y abatidos, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a los discípulos:
-La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos.

• También con los niños: Mc 10, 13-16
Le traían niños para que los tocase, y los discípulos los reprendían. Jesús, al verlo, se enojó y dijo: -Dejen que los niños se acerquen a mí; no se lo impidan, porque el reino de Dios pertenece a los que son como ellos. Se los aseguro, el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y los acariciaba y bendecía imponiendo las manos sobre ellos.

Al seguir el camino de los primeros discípulos, podemos meditar sobre el estilo de Jesús, a quien reconocemos como el Pedagogo de Dios. Esta propuesta busca no solo desentrañar los aspectos mas salientes de la pedagogía de Jesús, sino que, también, reconocerlos en nuestra historia personal de fe.

                  LA PALABRA SE HACE ENCUENTRO

Al dia siguiente, estaba Juan otra vez alli  dos de sus discipulos y, mirando a Jesus que pasaba,dijo: Este es el Cordero de Dios. Los dos discípulos, al oirlo hablar así, siguieron a Jesús (Jn 1, 35-37).

Los primeros discípulos de Jesús han escuchado la predicación de Juan, el Bautista. El no se predica a si mismo, los invita a seguir a Jesús, el Cordero de Dios.

   • Hay en tu vida un "Juan, el Bautista" que te mostró verdaderamente quien era Jesús invitándote a seguirlo?    • ¿Como fue esa invitación? ¿Cual fue tu respuesta?

    El se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: ¿Que quieren? Ellos le respondieron: Rabbi -que traducido significa Maestro- donde vives? (Jn 1, 38).
   Tanto en Juan como en Andres (de ellos se trata) hay una inquietud, una búsqueda interna que los impulsa a seguir al Maestro.
   • ¿Que circunstancias te movilizaron para seguir a Jesus?

  Vengan y lo verán, les dijo. Fueron, vieron donde vivía y se quedaron con Él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde (Jn 1, 39).
   La respuesta de Jesús es a modo de invitación: el llamado tiene en cuenta la libertad. Tan fuerte fue este encuentro para los discípulos que recuerdan hasta la hora.
  ¿Como fue tu primer encuentro con Jesús? ¿Que cosas te impactaron? ¿Que detalles puedes recordar?

    Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro. Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: Hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: Tu eres Simón, el hijo de Juan; en adelante te llamarás Cefas, que traducido significa Pedro (Jn 1, 40-41).
   Y Ilegó el momento de contar esta experiencia. Andrés se encuentra con su hermano, Simón Pedro, y le narra lo acontecido llevándolo a Jesús.
    • ¿Como fue aquel momento en el que compartiste con los tuyos esta experiencia de Dios?

    En cada encuentro de catequesis compartimos la Buena Nueva de los evangelios que han llegado hasta nosotros; pero también, la vida de cada catequista es un evangelio para transmitir, una historia personal de fe. Jesús ha actuado en la vida de cada creyente. Por tal motivo es importante que el catequista haga memoria del acontecer de la pedagogía de Dios en su propia vida. Esa misma experiencia vivida de encuentro, perdón, sanación, reconciliación y sentido es la que esta llamado a comunicar a cada catequizando.

             LA PALABRA SE HACE ORACION

Oración al Pedagogo de Dios (Pablo Garegnani, publicado en el periodico DIÁLOGO nº49)

Cristo Jesús, Señor y Maestro, el Pedagogo que el Padre envió para reconciliar al mundo con El. Te pedimos que aquellos que hemos sido convocados por la Iglesia, la continuadora de tu obra redentora, para ser catequistas, seamos fieles a la pedagogía del Creador.

Que seamos capaces de conocer al hombre en su realidad, en su situación, amándolo, respetándolo y también interrogándolo desde tu Palabra "que nos quema por dentro".

Oue sepamos encontrar en el hombre aquellos talentos que permitan acompañarlo desde la alegría de la conversión hasta la morada eterna.

Que nunca disimulemos las exigencias de tus palabras y siempre tengamos en cuenta que esperas del hombre una respuesta libre de toda coacción. Senor Jesus, Pedagogo de Dios, queremos reafirmar esta vocación que nos llena de alegría y compromete todas nuestras fuerzas en el anuncio liberador.
   Como lo mismo hiciste con los discípulos de Emaús, que aprendamos a acompañar a los hombres no desde un "puesto" o un "lugar" sino a su lado, compartiendo sus "angustias y fatigas". Como tu mismo hiciste con la adúltera, que aprendamos a confiar en el cambio del hombre, en sus posibilidades de reconciliación, sin caer en la tentación de la condena o el juicio descalificador. Como tu mismo hiciste con Pedro, que aprendamos que, ante el error del hombre, no sean nuestras palabras de reproche sino de amor y confianza, sabiendo que, la respuesta de aquel que abrió el corazon a tu Amor, aunque se haga esperar, llegará.

Senor Jesús, Pedagogo de Dios, gracias por este llamado que nos has hecho. Gracias por convocarnos a ser en el mundo testigos de tu amor y fidelidad, sembradores de justicia y de paz.
Que nunca nos olvidemos que el mensaje que anunciamos es tuyo. Nosotros somos, al decir de Pablo, simples vasijas que portan ese mensaje. Haznos, Serior, verdaderos catequistas, servidores de tu Palabra, que desde y con la Iglesia anuncian al mundo que seguirte vale la pena. Gracias, Señor. Amen.


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