8. La respuesta a la Palabra

¿Crees en el Hijo del hombre? ¿Quien es, Señor, para que crea en él? Tu lo has visto: es el que te está hablando. Creo, Señor (Jn 9, 35-38).

         LA PALABRA ILUMINA NUESTRA CATEQUESIS
El encuentro entre la Palabra y la Vida exige una respuesta, personal y comunitaria, al Dios de la Vida con el que el grupo de catequesis se ha encontrado. La respuesta es una exigencia
de la catequesis.

        Si la finalidad de toda educación en la fe es el encuentro personal con Jesucristo, ese encuentro implica un cambio de vida, mostrar signos claros de conversión.
       Asi, en cada encuentro de catequesis se buscará impulsar una respuesta de fe de parte del catequizando traducida en un compromiso concreto que, libremente, cada persona asumirá.

Este momento puede definirse con la expresión de los discípulos de Emaús al reconocer la presencia del resucitado y ponerse en camino a Jerusalen: ¿No ardía acaso nuestro corazón cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las escrituras? (Lc 24, 32).

Cuando los corazones "arden" quiere decir que la palabra que encendió la llama penetró con toda su fuerza vital en las entrañas mismas de la persona, haciendola vibrar, "desinstalándola"
y cuestionándola para conducirla al cambio, a la conversión.

La respuesta es una exigencia de la catequesis; pero esta ha de surgir de un corazón que, libremente, se abre al mensajede salvación. Se puede animar o alentar, pero nunca forzar.

Dos ejemplos:

• Al escriba que interroga a Jesús sobre quien es el prójimo y que recibe como respuesta la parábola del buen samaritano, le dice:
      Ve y procede tú de la misma manera (Lc 10, 37). Desconocemos
que fue de ese escriba. Jesus lo invita a transitar el camino de la solidaridad atendiendo a las necesidades de sus hermanos.

• Al joven rico lo desafía: Si quieres ser perfecto ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: asi tendrás un tesoro en el cielo. Despues, ven y sígueme (Mt 19, 21).

En este caso, conocemos cual fue la respuesta de este joven: no se animó a dar una respuesta generosa en el seguimiento de Jesús.

Dentro de un encuentro de catequesis, este momento puede entenderse a partir de:

Compromiso: se busca promover un compromiso concreto y realizable de parte del catequizando. El compromiso es la actitud que da indicios de un cambio interior.
       Se trata de una accion simple, realizable, que permita al catequizando expresar su fe en la vida cotidiana.
      Tiende al cambio de actitudes en las relaciones familiareso comunitarias, dentro del mundo del trabajo, en el rendimiento escolar o académico, en la acción social o política; en suma, un compromiso con la vida toda.

      ¿Que respuesta puedes darle al Señor de la historia?
     
¿Que respuesta puedes darle al Señor que te habla en su Palabra? ¿Descubres que en tu vida algo debe cambiar?
      El Se
ñor te llama a la conversión, ¿que respuesta tienes para El? ¿Que compromiso puedes asumir para hacer vida este mensaje del Evangelio?

Expresion de la fe: a partir de diversas manifestaciones (actividades) se pueden promover diversas expresiones que expliciten lo que la Palabra ha generado en el corazon del catequizando.
       De muchas maneras expresamos nuestra fe. Por ejemplo, en la celebración eucarística, en una procesión, en la oracion personal y comunitaria, al persignarnos, entre otras.
       En el encuentro se buscará promover actividades que permitan "hacer resonar" la Palabra escuchada: una dramatización, dibujar el mensaje escuchado, confeccionar un diario mural, afiche o lámina, escribir un lema/mensaje, etc.

Oración: la oración siempre es respuesta a Dios que nos habla. La oración con la que se finaliza el encuentro es una respuesta a la Palabra, siempre y cuando esté en la misma sintonía y sea preparada como un momento especial del encuentro y no como un adorno ("rezamos porque debemos culminar con una oración").

¿Cómo planificar la respuesta? Podemos pensar este momento a partir de las siguientes preguntas:
      ¿Con que virtudes, actitudes, acciones se puede relacionar el tema anunciando?
Enumerar acciones que puedan promoverse en el catequizando, tanto personales, como grupales o comunitarias.
     ¿Con qué recursos se puede desarrollar este momento? Cuentos. Anécdotas. Leyendas. Dramatizaciones. Vida de santos, testimonios. Canciones. Actividades plasticas: dibujo, afiches, carteleras, diario mural, etc.

           LA PALABRA SE HACE CANCION Y COMPROMISO
Produzcan el fruto de una sincera conversión (Mt 3, 8).

Escuchamos la cancion Cambia, todo cambia. (Mercedes Sosa, Quilapayum)

Los cambios pueden ser muchos... se cambia por la fuerza de la naturaleza por más que busquemos detener el tiempo... Se cambia por desgaste... el uso de las cosas y, aún, de las costumbres... Se cambia para eludir la rutina... para dar a la vida originalidad y creatividad
o evitar el aburrimiento... Finalmente, se cambia por opción... por buscar algo mejor... dejar atrás una realidad y asumir un nuevo tiempo. Pero, ¿qué no cambia? ¿Qué cosas permanecen inalterables y dan identidad a nuestra vida? Relee la letra de la canción y distingue que tipo de cambios se mencionan allií... luego contesta:

• ¿Que tipos de cambio has experimentado en los últimos tiempos? ¿Qué han generado en tu vida?

• ¿A que cambios te está llamando el Señor desde su Palabra?

• Expresa tu compromiso componiendo una frase breve en la que pidas a Dios la gracia de la conversión.

            LA PALABRA SE HACE ENCUENTRO
Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mi y doy mi vida por las ovejas (Jn 10, 14-15).

Piensa en un encuentro destinado a los catequistas de tu comunidad sobre la pedagogía de Dios titulado "Configurados con Jesús, el buen Pastor". Para ello, no debes olvidar:

• definir un hecho de vida que de lugar a la experiencia vital del grupo;
• elegir que texto biblico vas a proclamar. Como sugerencia: Mt 9, 35-38; Jn 10, 1-16; Lc 15, 1-7.
• finalmente, en el momento de la respuesta, cómo trabajarías el cuento "El joven, las estrellas y el mar". Elabora un cuestionario que movilice la respuesta de fe del grupo de catequistas.

El joven, las estrellas y el mar (Atribuido a Arthur Barker. Del libro Cuentos para ser humano de Luis Benavides, San Benito Editorial.)

      Atanasio era un hombre, entrado en años, inteligente, culto y con sensibilidad acerca de las cosas importantes de la vida.Solía ir a su cabaña en la playa, donde pasaba temporadas escribiendo y buscando inspiración para sus libros de filosofía.
      Tenía la costumbre de caminar antes de comenzar su trabajo. Un amanecer, mientras paseaba junto al mar, observó a lo lejos una figura humana que se movía como un bailarin.
      Se sonrió al pensar en alguien bailando para saludar el día. Apresuró el paso, se acercó y vio que se trataba de un joven. Comprobó que no bailaba, sino que se agachaba para recoger algo y, suavemente, lanzarlo al mar. A medida que se iba acercando, saludó:
      -iBuen dia, joven! ¿Que está haciendo? El joven hizo una pausa, se dio vuelta y respondió:
-Arrojo estrellas de mar al oceano. -¿Por qué arrojas estrellas de mar al océano? -dijo el sabio.
El joven respondio: -Hay sol y la marea está bajando,si no las arrojo al mar, morirán.
      -Pero, joven, -replicó el sabio- ¿No se da cuenta que hay cientos de kilómetros de playa y miles de estrellas de mar? ¡Nunca tendrá tiempo de salvarlas a todas! ¿ReaImente piensa
que su esfuerzo tiene sentido?
       El joven lo escuchó respetuosamente, luego se agachó,recogió otra estrella de mar, la lanzó con fuerza por encima de las olasy exclamó: -¡Para aquella... si, tuvo sentido!

La respuesta desconcertó a Atanasio, no podía expl icarse una conducta así. Se sintió molesto, no supo qué contestar y regresó a su cabaña a escribir.

Esa tarde no tuvo inspiración para escribir y en la noche no durmió bien; soñaba con el joven y las estrellas de mar por encima de las olas... Intentó ignorarlo, pero no pudo.
      La mañana siguiente, cuando el sol nuevamente lamía el mar y una suave bruma envolvía el ambiente, descubrió las siluetas de dos hombres, uno joven y otro viejo, que se veían juntas, a lo lejos, como si bailaran sobre la arena...

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